Bélgica: La tierra del chocolate
Después de un viaje no tan largo, llegamos a la capital de Bélgica. Estábamos muy cansados, así que ese día sólo salimos a ver la puesta del sol en un parque cercano.
Al día siguiente fuimos a Brujas, un pueblo cercano y típico. Aunque es una zona turística y por lo tanto llena de gente, vale la pena. Los paisajes parecen de un libro, con diques y torres. Además en lo personal quería conocerlo porque una tía una vez me dio una camarita de juego (de esas donde te asomas y puedes ver fotos). Había una foto con una torre que parecía la de la bruja de Rapunzel, y para colmo decía "Bruges". El chiste es que iba ilusionadísima a ver "La torre de las Brujas" (Rafa se debe haber cansado de esa historia =p). Y pues no me desilusioné pues era tal como la recordaba. Creo que Brujas fue uno de los lugares que más me gustaron del viaje.
En fin, aquél día regresamos a Bruselas, y como aún era temprano, salimos a conocer un poco de la Saints Michel & Gudule Cathedral, y el centro. Estuvimos esperando un mentado espectáculo de luces que nunca llegó, pero mientras comimos un rico Waffle con chocolate y fresas (se les antojo verdad?), y conocimos de paso el diminuto y "siempre desilusionante" Maneken Pis.
Al otro día fuimos a Antwerp. Por alguna razón teníamos cansancio acumulado así que paseamos pero no por mucho tiempo, estuvimos medio día nadamás. Es un lugar bonito, aunque más moderno sin serlo completamente. De lo que más recuerdo es el elevador que llevaba al Santa Anna Tunnel, que tenía adentro toda una salita donde hasta te ofrecían galletas. La otra cosa que recuerdo es la zona de diamantes, con un ambiente pesadísimo (y eso que yo no soy muy sensible a esos ambientes), yo no noté que sentía malestar hasta que ya estábamos dando vuelta a la esquina y de repente noté que todos los comercios eran de diamantes, y que todo estaba muy silencioso.
Regresamos a Bruselas y fuimos al palacio de Justicia y a la Capilla, desde donde hay una vista muy padre de la ciudad y unas papas fritas riquísimas =). Nuestro objetivo era terminar de pasear en el centro para ir al día siguiente al Atomium y desde ahí lanzarnos a París, lo cual logramos con éxito.
Al día siguiente fuimos a Brujas, un pueblo cercano y típico. Aunque es una zona turística y por lo tanto llena de gente, vale la pena. Los paisajes parecen de un libro, con diques y torres. Además en lo personal quería conocerlo porque una tía una vez me dio una camarita de juego (de esas donde te asomas y puedes ver fotos). Había una foto con una torre que parecía la de la bruja de Rapunzel, y para colmo decía "Bruges". El chiste es que iba ilusionadísima a ver "La torre de las Brujas" (Rafa se debe haber cansado de esa historia =p). Y pues no me desilusioné pues era tal como la recordaba. Creo que Brujas fue uno de los lugares que más me gustaron del viaje.
Al otro día fuimos a Antwerp. Por alguna razón teníamos cansancio acumulado así que paseamos pero no por mucho tiempo, estuvimos medio día nadamás. Es un lugar bonito, aunque más moderno sin serlo completamente. De lo que más recuerdo es el elevador que llevaba al Santa Anna Tunnel, que tenía adentro toda una salita donde hasta te ofrecían galletas. La otra cosa que recuerdo es la zona de diamantes, con un ambiente pesadísimo (y eso que yo no soy muy sensible a esos ambientes), yo no noté que sentía malestar hasta que ya estábamos dando vuelta a la esquina y de repente noté que todos los comercios eran de diamantes, y que todo estaba muy silencioso.
posted by Rochy at 8:53 PM
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